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Oferta y Demanda de cocaína

en Europa y España

   

Royuela, Luis*; Laniel, Laurent*; Vicente, Julián*, Matias, João*; Carpentier, Chloé*
* Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías (OEDT/EMCDDA)

 


obser

Observatorio de drogodependencias de Castilla-La Mancha, número 5, 2009, pp. 47-69, FISCAM, Toledo.


 

 

 

Introducción.

 

Este artículo pretende describir la situación de la “epidemia” de cocaína en España dentro del contexto europeo. Para la elaboración del mismo se ha utilizado, principalmente, los datos e información disponibles en el Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías (OEDT) complementados con publicaciones científicas recientes sobre la oferta y demanda de cocaína en España y en Europa.

 

El OEDT (EMCDDA por sus siglas en inglés) fue creado en 1993 (C.E. 302/93) [1] y está operativo desde 1995. Su principal objetivo es monitorizar la situación de las drogas ilegales en Europa, proporcionando información objetiva, fiable y comparable a nivel europeo sobre las drogas, las drogodependencias y sus consecuencias. El OEDT recoge y analiza la información existente en los países miembros de la red REITOX (Red Europea de Información sobre Drogas y Toxicomanías). A ella pertenecen todos los Estados Miembros de la UE, además de Croacia, Turquía, Noruega y la Comisión Europea. En los últimos 15 años se ha desarrollado un sistema harmonizado de recogida de información (definiciones y  métodos comunes) basado en cinco indicadores epidemiológicos [i] . Además, se recogen datos e información sobre oferta y reducción de la oferta: decomisos (número y cantidades), precio, pureza de distintas drogas y composición de pastillas, arrestos relacionados con el consumo y tráfico de drogas ilegales. 

 

En los mercados de la droga europeos se puede encontrar cocaína en forma de sal (clorhidrato de cocaína) o de base (cocaína base o crack). El clorhidrato de cocaína o cocaína en polvo se vende en forma de polvo cristalino de color blanco y la base o crack en pequeñas rocas cristalinas de color blanco o amarillento. La vía más frecuente de consumo de la cocaína en polvo es por vía nasal, aspirando el polvo por la nariz, mientras el crack es consumido por vía pulmonar, inhalado o fumado. La cocaína está listada como sustancia con propiedades adictivas y que presenta serios riesgos de abuso en la Tabla I de la Convención Única sobre estupefacientes de las Naciones Unidas de 1961 [2] .

 

Si bien existen importantes variaciones entre los países en Europa, desde mediados de los años 90 varios indicadores apuntan hacia un incremento paulatino del consumo de cocaína y de los problemas sanitarios asociados. La disponibilidad percibida se ha incrementado, registrándose, además, un descenso importante de los precios, acompañado con una desigual evolución de la pureza. Asimismo, la Península Ibérica parece ser actualmente la principal puerta de entrada en Europa de grandes cantidades de cocaína (decenas de toneladas al año), y los datos más recientes apuntan a España como uno de los países donde se decomisa y se consume más cocaína en el mundo, junto con los Estados Unidos y el Reino Unido [3] , [4] .

 

Por otra parte las encuestas de población general han registrado una marcada intensificación del consumo entre los jóvenes. La última estimación sobre prevalencia del consumo de cocaína realizada por el OEDT indica que aproximadamente 4 millones (2.3%) de los Europeos entre los 15 y los 35 años han consumido cocaína en los últimos 12 meses. Las admisiones a tratamiento para cocaína, que son un indicador de consumo problemático, han superado a las registradas por consumo de opiáceos (mayormente heroína)3 .

 

El fuerte incremento del consumo de cocaína plantea nuevos desafíos a los servicios de tratamiento de las drogodependencias en Europa, que estaban fundamentalmente orientados al tratamiento de opiáceos. Además, a diferencia de lo que sucede con el consumo de opiáceos, actualmente no existe ningún tratamiento de sustitución de eficacia demostrada para la cocaína.

 

En la primera parte del artículo se presentan datos y análisis pertenecientes al abastecimiento de los mercados de cocaína europeos y al papel jugado por España: desde las estimaciones de producción de coca y cocaína disponibles para América del Sur, hasta las dinámicas del tráfico al interior de Europa, pasando por los principales itinerarios del tráfico internacional de la droga y de su precursor principal, el permanganato potásico. La segunda parte ahonda en el incremento del consumo de cocaína en Europa y España desde los años 90, y describe la epidemia de cocaína en función de las tendencias de distintos indicadores. En las conclusiones, se destacan los puntos fuertes y las debilidades del sistema actual de seguimiento de la información y se presentan una serie de propuestas para mejorarlo.  

 

 

1. La oferta de cocaína en Europa

 

La cocaína es un producto natural que se extrae de las hojas de la planta de coca (Erythroxylon coca Lamark y Erythroxylon novogranatense). La coca es un arbusto muy ramificado, de corteza blanquecina, originario de las regiones húmedas de los Andes y de la región amazónica. La planta de coca se caracteriza por tener hojas alternas y simples de color verde brillante, con forma elíptica. Su aspecto original permite identificarla de forma inequívoca [5] .

 

Históricamente, en el año 1860 Albert Niemann aisló el principal alcaloide de la hoja de coca, al que llamó cocaína. Cinco años más tarde, Wilhem Lossen determina su formula química. La popularidad de esta sustancia “milagrosa” crece con los años y se multiplican los estudios y usos, especialmente como agente anestésico [6] . Entre finales del siglo XIX y principios del XX la mayoría de la cocaína era fabricada legalmente por compañías farmacéuticas alemanas, holandesas y japonesas, que se abastecían de hoja de coca producida en grandes plantaciones ubicadas en las colonias asiáticas de Holanda y Japón (Isla de Java y Formosa respectivamente). Antes de 1930 se cultivaba más hoja de coca en Asia que en América del Sur [7] , [8] .

 

Actualmente, este arbusto tropical se cultiva únicamente en la región andino-amazónica. Prácticamente toda la producción mundial de coca y de cocaína se concentra en tres países: Bolivia, Perú, y sobre todo Colombia que ha sido el mayor productor mundial de coca y de cocaína desde mediados de los noventa. Sin embargo, también hay cultivos de coca, a pequeña escala, en otros países como Brasil, Ecuador y Venezuela, aunque no necesariamente están ligados a la producción de cocaína.

 

La coca es una hoja sagrada para distintas comunidades indígenas de los Andes y la cuenca amazónica, que la vienen usando para distintos fines desde hace miles de años [9] , [10] . Por ello, el estatus legal de la coca puede a veces ser ambiguo en América del Sur. Las leyes bolivianas y peruanas autorizan la producción de determinadas cantidades de coca para abastecer legalmente los mercados locales de consumo de la hoja y sus productos derivados (principalmente, el mate de coca), de larga tradición [ii] . Igualmente, limitadas cantidades de coca se cultivan legalmente en Perú y Bolivia para ser transformadas en agentes saporíferos vendidos a fabricantes internacionales de refrescos. Por ultimo, el ‘masticado’ (‘chaccheo’, ‘piccheo’, ‘mambeo’) de la hoja de coca está tolerado para algunas comunidades o en algunas regiones de distintos países sudamericanos.

 

1.1. Estimaciones de la producción mundial.

 

Existen dos organizaciones, la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD) [11] y el Centro Nacional de Inteligencia contra las Drogas de los Estados Unidos (NDIC) [12] , que publican anualmente los resultados de sus estimaciones de las áreas dedicadas al cultivo de hoja de coca en Sudamérica. La ONUDD estimó que en 2006 la superficie total dedicada a cultivos de coca en el mundo alcanzó 156.900 hectáreas mientras el NDIC publicó un total de 220.000 hectáreas. Aunque ambas organizaciones están de acuerdo en señalar a Colombia como el país con más hectáreas dedicadas a su cultivo, en segundo lugar a Perú y por último a Bolivia, las estimaciones difieren para cada país. Por ejemplo, en el caso del mayor productor,  Colombia, la ONUDD estima que fueron cultivadas 78.000 hectáreas de coca, mientras que para NDIC fueron 157.200 hectáreas. En cuanto a las tendencias la ONUDD estima que se habría producido un descenso del 25% en la superficie total dedicada al cultivo de la coca entre 1990 y 2006, mientras que según las estimaciones estadounidenses la superficie cultivada se habría mantenido estable o se habría incrementado a lo largo de los últimos 20 años.

 

A pesar de la gran disparidad entre las estimaciones de la ONUDD y el NDIC sobre la superficie de coca cultivada, ambas organizaciones han publicado cifras muy similares sobre la producción total de cocaína pura [iii] en los tres principales países productores. La ONUDD 11 estima que la producción fue de 984 toneladas  y la NDIC 12 de 970 toneladas. También coinciden en estimar para Colombia una producción total de 610 toneladas de cocaína pura el mismo año. Esta última cifra, idéntica para las dos organizaciones, debe resultar de métodos de cálculo diferentes ya que, como hemos dicho, la estimación estadounidense de la superficie dedicada a la coca en Colombia en 2006 es dos veces mayor que la de la ONU.

 

 

fig 1

 

 

En 2006 la inmensa mayoría de los laboratorios clandestinos de producción de cocaína 11  desmantelados en el mundo estaban localizados en Colombia (201), seguida por Perú, (11) y Bolivia (5).  Colombia también ocupa el primer lugar a nivel mundial en decomisos de cocaína (polvo y base), totalizando 167 toneladas en 2007 [13] .

    

La presencia de laboratorios clandestinos en otros países de la zona, como Venezuela (18 laboratorios desmantelados en 2005), Argentina (9 laboratorios desmantelados en 2006), Chile (2 laboratorios en 2006) [14] y Ecuador (1 en 2006) [15] , pone de manifiesto la exportación de hoja, pasta de coca y/o cocaína base a otros países de la zona para la producción de clorhidrato de cocaína. Por lo tanto, es muy probable que también se refine clorhidrato en terceros países como Brasil, Panamá, Paraguay y posiblemente México. En los últimos años se han intervenido laboratorios clandestinos en Europa (España 10 laboratorios en 2006 y 1 en Francia en 2005), África (Sudáfrica 1 laboratorio en 2005), en Norteamérica (EEUU 4 laboratorios en 2006) 14 , en Oceanía (Australia 5 laboratorios en 2004) y Asia (Hong Kong 1 laboratorio en 2004) [16] . Aunque es probable que muchos de estos laboratorios sirvieran para recuperar cargamentos de clorhidrato disimulado en productos lícitos (por ejemplo, clorhidrato impregnado en textiles o fertilizante), algunos podían haberse dedicado a transformar cocaína base en clorhidrato. De ser así, esto significaría que tanto el clorhidrato como la base de cocaína se exportan de América del Sur. Sin embargo, esto es difícil de comprobar ya que fuera de América del Sur raras veces se diferencia entre decomisos de clorhidrato y decomisos de base.

 

fig 2

 

 

1.2. El tráfico internacional hacia Europa

 

Es muy probable que Europa se haya convertido, después de los Estados Unidos, en el destino más importante para la cocaína manufacturada en América del Sur. Se estima que los 72.700 decomisos registrados en UE, Noruega, Croacia  y Turquía permitieron incautar unas 121 toneladas de cocaína. Actualmente Europa ocuparía el tercer lugar a nivel mundial en cuanto a cantidad de cocaína decomisada, después de América del Sur y América del Norte.

 

Europol ha identificado los países sudamericanos desde donde se importan por vía marítima toneladas de cocaína en polvo hacia Europa. Los principales países exportadores son Colombia, Brasil, Ecuador, Chile, Argentina y Surinam. La cocaína en polvo viajaría hacia Europa por tres rutas: la norte, la central y la africana [17] .  

 

La ruta norte parte de Sudamérica y alcanza Europa pasando por el Caribe. Se estima que el 40% de la cocaína que llega a Europa seguiría esta vía [18] , también utilizada para el transporte de cocaína hacia los EEUU. La droga llega a las islas del Caribe transportada en avión o en barco desde las costas caribeñas de Colombia y Venezuela 11 . Desde allí es embarcada y, por vía marítima, llega a Europa. Los lazos históricos y el hecho de compartir el mismo idioma con los países de destino son algunos factores que podrían explicar el gran volumen de cocaína que transita por esta vía 17 .

 

Las islas de Cabo Verde, las Azores o las Canarias son posibles paradas para la cocaína en polvo que llega a la península Ibérica a través de la ruta central. Grandes buques de mercancías parten de Sudamérica (Venezuela, Brasil, por ejemplo) y transfieren la carga a barcos más pequeños o lanchas rápidas antes de alcanzar su destino en la Península [19] .

 

La ruta africana es la que, en los últimos años, ha dado lugar a mucha preocupación en círculos oficiales internacionales 17 , [20] , [21] . Numerosos países del Golfo de Guinea son utilizados por los traficantes para almacenar y preparar los alijos hacia Europa. Según su banco de datos sobre decomisos individuales la ONUDD estima que las cantidades de cocaína decomisadas en Europa (en los casos en que se pudo identificar el origen) provenientes de países de esta zona se han incrementado progresivamente, siendo de un 5% en 2005, un 12% en 2006 y alcanzando el 22% en 2007 11 . Al mismo tiempo se ha registrado un aumento de los decomisos de permanganato potásico en estos países africanos 15 . La posición geográfica privilegiada, con una mayor proximidad a las costas sudamericanas y con buena comunicación con los países del norte de África y Europa y la gran vulnerabilidad económica, social, política y judicial son algunos de los factores que podrían haber favorecido el que esta región de África hubiese ganado protagonismo como zona de transito hacia Europa 16 . La probabilidad de que otras regiones del continente africano se hayan convertido en zonas de tránsito de la cocaína y de la heroína, son altísimas, ya que distintos países del centro, este y sur de África se caracterizan por condiciones de vulnerabilidad aún más elevadas. [22] , [23] , [24]

 


fig 3

 

 

Es habitual la llegada de personas contratadas o “mulas”, para transportar la droga a los números aeropuertos Europeos [25] , [26] , especialmente en España, Holanda y el Reino Unido, directamente desde América del Sur , o pasando por el Caribe. También es habitual la utilización de “mulas” para traficar cocaína desde numerosos aeropuertos de África occidental y oriental hacia aeropuertos europeos.

 

1.3. La puerta de entrada a Europa

 

La Península Ibérica es considerada la principal puerta de entrada de la cocaína en Europa. En 2006 se decomisaron 50 toneladas en España y 35 toneladas en Portugal, que equivalen al 70% de toda la cocaína decomisada en Europa 3 , [27] . Este incremento de los decomisos de cocaína, principalmente en Portugal, puede estar relacionado con el protagonismo creciente de la zona oeste de África como lugar de transito de esta droga procedente de Sudamérica, donde existen países de habla portuguesa: Cabo Verde y Guinea-Bissau 17 . Otra de las causas que se apuntan es la búsqueda por parte de los traficantes de otras zonas de entrada debido al incremento de la vigilancia sobre las áreas de entrada tradicionales como la costa gallega.

 

 

  fig4

 

La cocaína en polvo no sólo llega a Europa a través de la Península Ibérica. Otros países europeos como Bélgica, Francia, Italia, Holanda y el Reino Unido decomisan todos los años toneladas de cocaína en polvo27 27 . Además, según los datos proporcionados por las fuerzas de seguridad, el tráfico de cocaína se está extendiendo hacía los países del este de Europa, también se están incrementando los puntos de aterrizaje de pequeñas aeronaves privadas en las principales regiones de entrada de la drogas como la Península Ibérica y Francia 16 .

 

Todos los años aumentan las cantidades de cocaína en polvo aprehendidas por los países europeos, sin embargo no ocurre lo mismo con las cantidades de cocaína base/crack decomisadas. Sólo el Reino Unido informa de la confiscación de cantidades relevantes de esta droga. Ningún país ha notificado la aprehensión de un gran alijo de de crack, lo que podría confirmar que el crack está elaborado principalmente a partir de clorhidrato, cerca de los mercados donde es consumido y que no da lugar a un tráfico internacional. Al igual que en el resto de Europa, en España, no se decomisan grandes cantidades de cocaína base, estando su consumo limitado a ciertas áreas [28] , [29] donde la base es cocinada, con amoniaco o bicarbonato de sodio, a partir de la cocaína en polvo por los propios consumidores. Aunque el número de intervenciones se ha incrementado a partir del año 2002, el de las cuantías decomisadas se ha reducido.

 

 

  fig 5

 

Aunque un número importante de las toneladas de cocaína en polvo que entra en España salgan hacia otros países, muchas otras se almacenan para abastecer el mercado nacional. Con toda probabilidad España sea, junto con el Reino Unido y los Países Bajos, uno de los mayores países importadores y consumidores de cocaína de Europa y se encuentra también entre los primeros a nivel mundial.

 

En España se han decomisado, desde el año 2001, entre el 40% y el 60% de toda la cocaína aprehendida en Europa. La cantidad de esta droga comenzó a incrementarse a mediados de los años noventa y desde entonces no han dejado de crecer, superando máximos cada dos años. El incremento en las cantidades decomisadas ha estado acompañado de un aumento en el número de intervenciones realizadas por las fuerzas de seguridad. España, además de, posiblemente, ser la principal puerta de entrada en Europa, se encuentra situada en una de las más importantes rutas de tránsito de la cocaína hacia el resto del territorio de los Estados miembros de la Unión Europea.

 

La mayoría de la cocaína en polvo que se decomisa en España parte de puertos del Caribe y de la costa atlántica sudamericana y entra por la costa gallega, andaluza, levantina y catalana. Aunque se han decomisado grandes alijos, antes de alcanzar las costas, hay otros que logran burlar la vigilancia de la fuerzas de seguridad. Transportados por todo tipo de embarcaciones (cruceros, buques mercantes, pesqueros, petroleros, yates, etc.) algunos alijos son transferidos a otras embarcaciones más pequeñas en aguas internacionales, en las proximidades de las islas Canarias, Azores o zona del Gran Sol, especialmente a lanchas rápidas de gran cilindrada. En Galicia las operaciones de desembarco se realizan en las rías. En Andalucía las redes de transporte de cannabis también desembarcan alijos de cocaína en numerosos lugares de la costa, en particular Algeciras, Cádiz, El Puerto de Santamaría, Huelva y Málaga o son transportados remontando el Guadalquivir para desembarcarlos en las localidades ribereñas. Además la Ruta del Hachís también es utilizada para el tráfico de cocaína y parece haber cobrado más fuerza desde la llegada de toneladas de cocaína al Golfo de Guinea que, posteriormente, son transportadas hacia el Magreb. Desde las costas norteafricanas embarcaciones con motores de gran cilindrada llevan cocaína y otras drogas a puntos de la costa Andaluza, Levantina, Catalana y/o almacenan la droga en las Islas Baleares, antes de ser transportada a la Península o a otros países Europeos, como Francia e Italia. Los traficantes que operan desde Galicia, sur de Andalucía, el Magreb e Italia juegan un papel importante tanto en la organización para la importación de la cocaína como para su posterior distribución al resto del país y de Europa.

 

El transporte aéreo también es utilizado por los narcotraficantes para introducir la droga en España. Además de las ya mencionadas “mulas” que desembarcan en los grandes aeropuertos españoles con paquetes de cocaína adheridos o en el interior del cuerpo, llegan cientos de kilos de cocaína todos los años escondidos en maletas, envíos postales, oculto en ropa o en los más diversos objetos. La cocaína parte de aeropuertos comerciales de América Central, América del Sur y de África del Norte. Por otro lado, desde las costas magrebíes despegan avionetas con fardos de cocaína y otros estupefacientes que aterrizan en aeródromos clandestinos de Andalucía y de Castilla-La Mancha.

 

1.4. Las plataformas de distribución europeas

 

Según Europol dos de los cuatro principales centros de actividad delictiva en Europa están relacionados con la importación y distribución de cocaína en polvo. La primera plataforma de distribución, llamada Suroccidental (“South-west hub”), está centrada en la península ibérica y tiene a Francia como país de tránsito principal hacia el resto de Europa. La segunda,  llamada Noroccidental (“North-west hub”), tiene como centro de actividad Holanda y Bélgica, y aprovecha las infraestructuras de transporte internacional existentes en la zona. La “Plataforma Noroccidental” realiza funciones como centro de redistribución a otros países de la región, principalmente Alemania, Austria, Dinamarca, Finlandia, Suecia y el Reino Unido [30] , [31] .

 

En los últimos años está ganando cierta importancia el tráfico de cocaína en países del sureste de Europa como Bulgaria, Rumania y Montenegro, además de los países Bálticos y Rusia. Aunque las cantidades decomisadas suponen sólo el 1% de las aprehensiones realizadas en Europa en 2006 3 , 27 , existe cierta preocupación. Por otra parte, el Informe de Europol 30 señala a Albania como centro para el almacenamiento de cocaína. Se ha detectado el uso de las tradicionales Rutas de los Balcanes (habitualmente utilizadas para el tráfico de heroína), con una mayor participación de ciudadanos de estos países, como una nueva vía para la introducción de cocaína en Europa 17 .

 

1.5. Tráfico de permanganato potásico

 

La Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) efectúa un seguimiento del comercio mundial de precursores y productos químicos frecuentemente utilizados para la fabricación de drogas, entre éstos el permanganato potásico que se emplea para fabricar cocaína. Esta sustancia tiene un uso industrial muy amplio, en particular para depuración de agua potable; como ejemplo, entre noviembre de 2006 y octubre 2007 un total de 24 países declararon haber exportado legalmente unas 29.000 toneladas de permanganato potásico 15 . Pero, como el permanganato potásico es además esencial para la fabricación de cocaína en polvo, está registrado en la Tabla I de la Convención de Viena de 1988 para el control de tráfico ilícito de narcóticos y sustancias psicotrópicas. Las exportaciones de permanganato potásico hacia los países sudamericanos están sometidas a medidas especiales de vigilancia por la JIFE. La mayoría de los cargamentos registrados que llegan a América del Sur son clasificados como legales, aunque con toda probabilidad una parte es desviada para la fabricación ilegal de cocaína. Sin embargo se desconoce esta cantidad debido a que las autoridades de estos países raramente realizan alguna investigación y cuando comunican la aprehensión de algún cargamento pocas veces proporcionan información sobre su origen [32] .   

 

En 2006 se decomisaron un total de 101 toneladas de permanganato potásico en todo el mundo. En Colombia se realizaron el 98% de las aprehensiones y se desmantelaron un total de 15 laboratorios dedicados a la fabricación ilegal de este producto. En 2007 sólo en Colombia se decomisaron 144 toneladas y se evitó que cargamentos de permanganato potásico llegaran a países de África Central, Occidental y del Norte. Los numerosos decomisos de cocaína que, en los últimos años, se están realizando en algunos estados africanos pueden indicar su utilización como países de transito hacia Sudamérica en el comercio ilegal de permanganato potásico 32 . Aunque es factible que los traficantes de cocaína pretendan utilizar África para realizar las últimas etapas de proceso de producción de clorhidrato de cocaína 17 .

 

 

2. La demanda de cocaína en Europa

 

 

2.1. Antecedentes de la epidemia de cocaína.

 

Desde principios del siglo XX los países occidentales han experimentado varias olas de consumo de cocaína, en particular en ciertos grupos sociales relacionados con el mundo de los espectáculos nocturnos (artistas, bailarinas, etc.) y el hampa [33] , [34] , [35] , [36] , [37] .

 

Las raíces de la actual epidemia de cocaína en Europa son difíciles de establecer con precisión. Todo parece indicar que EEUU sufrió una gran epidemia antes que en Europa. En Norteamérica, en la década de los 70, la cocaína se utiliza como droga recreativa y su alto precio servía de alguna manera como freno para su consumo. Sin embargo la aparición del crack, mucho más barato, y su amplia disponibilidad en los mercados de la droga conduce a una epidemia de uso de dicha sustancia durante los años 80 y 90 que causó graves problemas sociales y sanitarios, así como una ola de delincuencia en los grandes centros urbanos.

 

 

fig 6

 

 

En Europa, en la segunda mitad de los años 80, los datos disponibles mostraban un aumento de los indicadores de oferta con un incremento del consumo en grupos seleccionados de población, en concreto, aquellos con un estatus económico elevado y patrones de consumo esporádico, además de consumidores de heroína que alternaban con un consumo de cocaína de forma secuencial o conjunta en la misma dosis con la heroína. Sin embargo, aunque se temía que el consumo de cocaína desencadenaría una epidemia semejante a la estadounidense no se detectó un claro aumento de problemas relacionados con su consumo. Es posible que la inadecuación de los sistemas de información, cobertura incompleta y registro inexistente de casos en Europa, sea una de las explicaciones de esta divergencia.    

 

Los datos aportados por las encuestas y estudios específicos muestran un incremento del consumo de cocaína entre los jóvenes europeos [38] , [39] a partir de 1990. En aquellos años es cuando la epidemia de heroína en España [40] , [41] , [42] , [43] , [44] y otros países europeos alcanzaba sus niveles máximos  (entre 75-95% de las admisiones a tratamiento correspondían a heroína [45] ). Pero no es sino desde la mitad de los noventa cuando los indicadores de oferta muestran un incremento de la disponibilidad en Europa Occidental, confiscándose toneladas de cocaína especialmente en España [46] , [47] y el Reino Unido 27 y también en Bélgica, Francia, Holanda, Italia y Portugal. A finales de los 90, en España, ya se registra la mayor prevalencia de consumo de cocaína de Europa [48] . Las admisiones, por primera vez, de personas a tratamiento por consumo o dependencia de cocaína crecen sustancialmente, superando a las admisiones por heroína en algunos países, regiones y ciudades europeas 38 , [49] , [50] . Al mismo tiempo, el consumo de cocaína crece en una proporción significativa entre consumidores de heroína en tratamiento [51] , [52] . Asimismo se registra una proporción alta de menciones de cocaína, generalmente en combinación con otras sustancias en los informes toxicológicos sobre muertes relacionadas con el consumo de drogas 46 . En el caso de España todos los indicadores eran consistentes en mostrar el aumento del consumo y los problemas asociados al consumo de esta droga, aunque es cierto que existían diferencias geográficas [53] , [54] .   

 

2.2. Llegada de la epidemia

 

La cocaína es la segunda sustancia ilegal más consumida después de los productos derivados del cannabis. El aumento del consumo de cocaína en población general en Europa ha sido consistente desde finales de los años 90, aunque no con la misma intensidad en todos los países Europeos. La parte occidental del continente constituye el foco actual de la epidemia. España y el Reino Unido ya experimentan problemas considerables debidos a altos niveles de disponibilidad y consumo de cocaína. En otros países la situación está cambiando, los datos disponibles apuntan hacia una expansión del consumo en Francia, Italia, Irlanda, Alemania y Dinamarca. El resto de Europa, y en particular en las regiones del centro, oriente y sureste del continente parecen estar mucho menos afectados.

 

La prevalencia del consumo de cocaína en los últimos 12 meses en población general de 15-34 años ha seguido una tendencia ascendente especialmente en España y el Reino Unido. Actualmente, España puede estar, a nivel mundial, entre los países con mayor prevalencia de consumo de cocaína en población joven, según reflejan los datos de las últimas encuestas. En 2007, un 5,5% de españoles entre los 15-34 años habían consumido cocaína recientemente (en los últimos 12 meses previos a la entrevista). Únicamente el Reino Unido y los EEUU, ambos con un 5,4%, registran prevalencias de consumo semejantes a las españolas, aunque en el caso del Reino Unido la prevalencia hace sólo referencia a Inglaterra y Gales. Algunos países europeos como Italia, Irlanda y Dinamarca presentan prevalencias entorno al 3%, mientras el resto de los países tienen prevalencias entre el 0,1% y 2%.

 

 

fig7fig8

 

Hay que destacar que en todos los países europeos hay más hombres consumidores de cocaína que mujeres. Entre la población general de 15-34 años la prevalencia de consumo en los hombres es más del doble que en las mujeres en los países europeos con mayores prevalencias de consumo en este estrato de población. Los datos de las encuestas en población general muestran que España y el Reino Unido son los países europeos 27 con las mayores prevalencias, 7,7% y 7,4% respectivamente, en hombres entre los 15-34 años. Dinamarca (5,4%) es el tercer país europeo con una mayor prevalencia de consumo en hombres de esta edad, seguido de Irlanda e Italia con un 4,4% y 4,3% respectivamente. El resto de los países no supera el 2,5%, teniendo la mayoría prevalencias entre el 0,5% y el 2%.

 

En cuanto a las mujeres de la misma edad, en todos los países europeos presentan  prevalencias mucho menores. De nuevo España y el Reino Unido encabezan la lista, aunque en esta ocasión el Reino Unido informa de una prevalencia más alta que la española, 3,5% y 3,2% respectivamente. En el resto de Europa únicamente Italia supera el 2%, mientras que la mayoría de los demás países tiene prevalencias inferiores al 1% en mujeres de 15-34 años.

 

La cocaína llega al consumidor europeo generalmente en forma de clorhidrato de cocaína mezclado con diversos adulterantes (benzocaína, lidocaína, cafeína, etc.) y diluyentes (sacarosa, lactosa, etc.). Los usuarios de cocaína consumen con frecuencia otras sustancias tanto legales como ilegales. Al igual que una proporción muy elevada de población general, también consumen con bastante frecuencia alcohol y tabaco, cannabis y estimulantes ilegales [55] . Los consumidores de cocaína parecen tener consumos de alcohol particularmente altos, lo que puede llevar a aumentar los riesgos tanto respecto a toxicidad como a conductas de riesgo (accidentes, violencia, etc.). La prevalencia de consumo de cannabis reciente (en los últimos 12 meses) a nivel de población general entre 15-64 años tiene una correlación positiva con la prevalencia de consumo reciente de cocaína. Por tanto, los países con prevalencias altas de consumo reciente de cannabis tienden, de la misma manera, a tener prevalencias altas de consumo de cocaína 36 .

 

2.3. Tipología de consumidores europeos de cocaína

 

El descenso de los precios en algunos países europeos [56] , como España, y el aumento de la oferta podrían explicar el incremento del consumo de cocaína en todos los grupos de usuarios. El primer grupo lo componen consumidores “socialmente integrados”. Consumen la cocaína sola o en combinación con alcohol (con frecuencia de forma intensa) y/o cannabis, no consumen opiáceos y el uso de la vía inyectada es poco frecuente. Son principalmente varones con un perfil socioeconómico estable, que consumen cantidades moderadas por vía intranasal [57] , [58] , [59] . Algunos de estos consumidores después de algunos años de consumo (y dependiendo también de otros factores, tanto personales –características de la personalidad- como sociales) pueden verse sometidos a un uso compulsivo de la sustancia, pudiendo llegar a trastornos relacionados con su dependencia. Aparte de la posible dependencia, los problemas sanitarios son principalmente de índole psiquiátrica, neurológica y cardiovascular 48 , [60] , [61] . En efecto, el uso de cocaína supone un riesgo añadido a los factores de riesgo cardiovasculares tradicionales [62] , [63] . Sin embargo, los problemas sociosanitarios relacionados con la cocaína (cardiovasculares, neurológicos, psiquiátricos, accidentes y violencia) posiblemente están infraestimados. Las razones pueden ser 1) que algunos problemas son inespecíficos y/o crónicos por lo que no se identifica la relación causal con la cocaína, 2) en muchos casos el perfil social de los afectados puede hacer que no se piense o no se investigue la presencia de drogas (cocaína) –principalmente si el problema no es grave o fatal. Incluso en un número desconocido de muertes que se producen después de algunos días (por ejemplo. cardiovasculares), si no se sospecha inicialmente en el momento del fallecimiento, la toxicología puede ser negativa.

 

 

fig9

 

 

El segundo grupo lo integran jóvenes consumidores de cocaína con patrones de consumo intenso por vía intranasal, durante periodos cortos, en locales de fiestas o eventos musicales 58 , [64] . Este grupo presenta problemas sociales, legales y médicos agudos, especialmente entre los que además consumen cocaína base o se inyectan [65] , [66] . Los riesgos de evolucionar hacía patrones de consumo crónicos y más problemáticos es considerable. En los últimos años, en algunos países europeos, se ha observado un efecto de sustitución de otros estimulantes (derivados de las anfetaminas y de las feniletilaminas)  por el consumo de cocaína entre la población que frecuentan pubs, discotecas, macrofiestas y acontecimientos musicales. En España, determinados estudios recientes muestran la existencia de dos subpoblaciones con un perfil sociodemográfico y de consumo diferenciado en los jóvenes consumidores de cocaína. El consumo regular de cocaína base/crack es el factor diferenciador. Los consumidores de base presentan menor nivel educativo, mayor proporción de desempleo, más problemas con la justicia, un consumo de cocaína más intenso, mayor prevalencia de otras sustancias, mayor prevalencia de inyección y altísimas prevalencias de consumo de alcohol y tabaco [67] .

 

El tercer grupo lo integran consumidores y ex consumidores de heroína, entre los que se ha extendido el consumo de cocaína y los problemas de salud relacionados con su consumo 48 , 58 , 59 , [68] . Muchos de ellos están en tratamiento con sustitutivos opiáceos. Dentro de este grupo existe un subgrupo menos numeroso que consume crack. Presentan un perfil más marginal y sólo se han identificado en algunas regiones y ciudades del oeste de Europa. El consumo de crack es especialmente prevalente en el Reino Unido [69] , [70] , [71] . En España se ha registrado un aumento del consumo en Canarias, Andalucía y Madrid 28 , 29 , donde tradicionalmente se consume heroína fumada. El crack se inhala (‘chasing’) mezclado con heroína en la misma dosis. Entre esta población se da una exacerbación de los problemas de salud debido a una mayor frecuencia del uso de la vía inyectada que incrementa el riesgo de contraer enfermedades infecciosas (HIV, HBC, HB) y de provocar sobredosis.  

 

2.4. Percepción de las drogas como problema social.

 

Según los datos del barómetro CIS sobre la percepción de los principales problemas de España, a finales de los 80 un 49% de los españoles opinaban que las drogas ilegales, especialmente la heroína, era uno de los tres principales problemas que tenía el país. Sin embargo, la situación ha ido cambiando a los largo de los años. En la actualidad, a pesar de la epidemia de cocaína en el país, menos del 2% de los ciudadanos españoles considera que se trata de un problema realmente importante [72] . Por otro lado en la gran mayoría de los países europeos la proporción de personas que habían observado situaciones problemáticas relacionadas con las drogas creció entre 1996 y 2000, sin embargo en España, al igual que en Francia, esta proporción había bajado [73] . Es muy posible que a este cambio en la percepción de los ciudadanos haya contribuido la menor visibilidad del consumo de drogas, y el hecho de que ya no sea tan frecuentemente mencionado por los medios de comunicación. Los cambios en los mercados de la droga, como la sustitución de heroína blanca por marrón, la aparición de nuevas sustancias, el cambio de vía de administración de la heroína [74] , además de las actividades encaminadas a la reducción del daño, que han disminuido de forma importante los patrones de consumo más problemáticos, han sido factores determinantes para que el consumo de drogas se torne menos visible. La heroína y las graves consecuencias socio-sanitarias causadas por su consumo corren el peligro de caer en el olvido [75] , [76] , [77] , [78] , [79] . A pesar que desde mediados de los 90 las admisiones a tratamiento por consumo o dependencia de cocaína han aumentado extraordinariamente, principalmente debido a los consumidores por vía intranasal que no consumen opiáceos y que tanto el consumo como los problemas asociados a la cocaína no han dejando de crecer entre los consumidores de heroína, la percepción del consumo de drogas como un problema importante ha seguido disminuyendo. Este hecho podría contribuir a disminuir la atención política sobre el problema de las drogas y a incurrir en los mismos errores que ya se cometieron en el pasado con la heroína (por ejemplo, instauración tardía de programas de reducción de daños)75 .  

 

2.5. Consumo problemático de cocaína

 

Actualmente se estima que en torno a un 20% de las admisiones a tratamiento por uso de drogas en centros especializados que se realizan en Europa están relacionadas con el consumo problemático de cocaína en polvo. Este porcentaje es aún mayor entre las nuevas admisiones (25%). A nivel europeo no se registra un porcentaje importante de admisiones relacionadas con el uso de crack. Únicamente en el Reino Unido el porcentaje de admisiones por crack es de cierta importancia 27 .

 

En España, el porcentaje de urgencias por reacción aguda tras el uso de drogas con menciones de cocaína superó a las de heroína en 1998 [80] . Las admisiones por abuso o dependencia de cocaína no han dejado de crecer desde entonces, siendo más acentuado este incremento entre los nuevos tratamientos. El número de admitidos a tratamiento por primera vez en la vida por abuso o dependencia de cocaína sobrepasó al de las admisiones por heroína en el 2002. La proporción de muertes por reacción aguda a drogas ilegales en que se detecta cocaína supera el 50% a partir de 1998. Todos los indicadores de consumo problemático disponibles en España muestran que los problemas de cocaína continúan creciendo [81] .

 

 

Conclusiones

 

A pesar del escepticismo reinante entre algunos expertos europeos, hay que seguir avanzando en la armonización de los indicadores ya existentes a nivel europeo e iniciar el proceso de desarrollo de otros, sobre todo en materia de oferta. En efecto, el desarrollo de los sistemas de información sobre la demanda y oferta de drogas a nivel europeo [82] , [83] , [84] ha contribuido de forma decisiva a mejorar la calidad de los datos epidemiológicos relacionados con el consumo de cocaína y también, aunque en menor medida, de los datos sobre oferta. A pesar de estos avances y del conocimiento acumulado aún persisten dificultades para estudiar el uso y problemas asociados a la cocaína, así como del abastecimiento de esta droga en Europa.

 

En el campo de la epidemiología habría que seguir armonizando los métodos de recogida para la obtención de datos comparables. Sería aconsejable mejorar las condiciones, en lo que se refiere a la estabilidad laboral, de los equipos de profesionales que coordinan y gestionan los sistemas de información. Debería avanzarse hacia una mayor profesionalización de los técnicos que contactan directamente con los consumidores para cubrir posibles deficiencias (preguntar sistemáticamente por el consumo de las sustancias, distinción entre crack/base y cocaína polvo, problemas asociados a la definición de droga principal y secundaria, etc.). Se debería, asimismo, formar a los profesionales de los servicios de urgencias para garantizar una correcta notificación de los episodios de urgencias provocados por consumo de cocaína, reduciendo las lagunas de información e infranotificación [85] . Además, debería seguir mejorándose la coordinación entre las diversas instituciones implicadas para mejorar las certificaciones de muertes provocadas por el consumo de drogas, en concreto por la cocaína [86] .

 

Las encuestas de población general son instrumentos que difícilmente permiten identificar los patrones de consumo más problemáticos ya que el uso intenso y los problemas se concentran en grupos pequeños y difíciles de alcanzar. Además, existen grandes variaciones locales en el nivel y naturaleza de los problemas de cocaína que no aparecen a nivel nacional. Por su parte, los estudios de grupos específicos (recreativos o marginales), presentan problemas para captar ciertos grupos de consumidores (poblaciones ocultas) 74 ,  [87] , [88] .

 

Si se pretende llevar a cabo un seguimiento efectivo de los indicadores sobre la reducción de la oferta, fuera y dentro de Europa, sería vital mejorar el conocimiento sobre las dinámicas del tráfico ilegal de los productos derivados de la planta de coca y de las sustancias químicas necesarias para su fabricación. En concreto, debería profundizarse en los métodos que permitan alcanzar una estimación de la producción de cocaína, ya que hasta el momento existe cierta disparidad entre las distintas cifras disponibles a nivel internacional. Además, de momento, no existen datos ni información sobre la cantidad de cocaína que llega a los mercados europeos. El desarrollo de un método para estimar la magnitud del mercado sería un primer paso.

 

Para mejorar el conocimiento del comercio de cocaína dentro de Europa sería conveniente realizar estudios específicos sobre los diversos mercados de la cocaína existentes en Europa, especialmente orientados al conocimiento de su estructura, organización, elementos y modos de funcionamiento.

 

Resulta difícil hacerse una idea clara sobre las características del tráfico interior de cocaína en Europa, basándose, únicamente, en indicadores tales como los decomisos, el precio o la pureza. Es preciso continuar el desarrollo de éstos para mejorar la fiabilidad y comparabilidad de la información disponible y así avanzar hacia análisis más detallados (por ejemplo distinción entre el clorhidrato y la base de cocaína; la relación entre el precio y la pureza, etcétera). Pero sobre todo, sería muy importante desarrollar otros indicadores basados en fuentes no policiales, que permitirían complementar los datos cuantitativos con una adecuada información cualitativa, obteniendo una perspectiva mucho más amplia de la situación.

 

Resulta muy complicado determinar de manera precisa cuál pueda ser el nivel de consumo de cocaína, los problemas asociados con sus métodos de consumo más problemáticos y las dinámicas de los mercados desde la situación en los lugares de producción hasta la distribución al por menor. Las comparaciones geográficas y temporales e incluso la evaluación de las intervenciones también son difíciles de establecer.

 

Ahora bien, no puede exigirse a los sistemas de información epidemiológica que ofrezcan aquello que no pueden dar. En efecto, mientras que individualmente cada una de estas herramientas está limitada y no permite extraer conclusiones definitivas, cuando se analizan en conjunto sí proporcionan una imagen válida tanto sobre la situación como sobre la evolución del fenómeno de la cocaína.  

 

La imagen que proyectan hoy en día los sistemas de información permite concluir que las conjeturas sobre el fenómeno de la cocaína en Europa (y en España) se han hecho realidad, aunque existen diferencias entre y dentro de los diferentes países en cuanto a la magnitud y los problemas relacionados. Sin embargo, esta situación podría cambiar en los próximos años, por ejemplo, si una mayor proporción de la cocaína que ya transita a través de los países de Europa del sureste comienza a ser distribuida en los mercados locales para su consumo.

 

En Europa occidental se observa un incremento del uso de cocaína entre segmentos de la población más integrada, favorecido por el aumento de la oferta, la disponibilidad y probablemente por el descenso de su precio. Por otra parte, el uso de cocaína está generalizado entre los consumidores de opiáceos de muchos países del occidente europeo, entre quienes existe el peligro de que surjan patrones de consumo más problemáticos como la inyección y/o el consumo de crack.

 

Por lo tanto todos los indicadores coinciden en señalar un aumento de la disponibilidad, del consumo y de los problemas de salud asociados al consumo de cocaína en Europa: mayores cantidades de cocaína decomisadas y mayor número de decomisos, descenso de los precios, incremento de la prevalencia registrado por las encuestas de población general y escolar, incremento del número de admisiones a tratamiento en los últimos años, principalmente de cocaína consumida por vía intranasal y un aumento como droga secundaria en usuarios de otras drogas, sobre todo de la heroína. En España el número de urgencias hospitalarias ha crecido superando a las registradas por opiáceos. La detección de cocaína, o sus metabolitos, en los informes forenses de fallecidos por consumo de drogas continúa aumentando, a pesar de la infranotificación existente tanto en las urgencias como en los fallecimientos. Aunque el consumo de cocaína no está generando consecuencias tan catastróficas como las provocadas por la heroína, los problemas sociosanitarios ya existentes son muy graves y podrían empeorar todavía más. Un cambio en los mercados de la droga, una mayor disponibilidad de crack, más barato, o un cambio en la vía de administración, de intranasal hacia intravenosa o pulmonar, puede dar un vuelco radical a la situación actual.

 


  Agradecimiento

 

Los autores agradecen al doctor Ignacio Vázquez Moliní la lectura y las sugerencias aportadas al artículo, a Bruno Guarita, Marco Serafini y André Noor por sus sugerencias y colaboración en el análisis de datos.



 

Notas

[i] Los cinco indicadores epidemiológicos del OEDT son: Admisiones a Tratamiento por consumo o dependencia de drogas, Mortalidad relacionada con el consumo de drogas, Encuestas domiciliarias sobre consumo de drogas en población general, Enfermedades infecciosas en consumidores de drogas y Estimación de la prevalencia de consumo problemático de drogas. http://www.emcdda.europa.eu/themes/key-indicators.  

[ii] Por ejemplo, la legislación boliviana (Ley 1008) permite el cultivo de hasta 12 000 hectáreas de coca para abastecer el mercado de consumo nacional.

[iii] Las cifras publicadas sobre la producción ilegal de cocaína son estimaciones de la “cocaína pura”, según ONUDD, o del “alcaloide de cocaína puro”, según NDIC, que contiene el clorhidrato de cocaína que potencialmente se puede obtener a partir de la producción total de hoja de coca en un año. Por ejemplo, dado que la ONUDD estima que la producción de “cocaína pura” en Colombia en 2006 fueron 610 toneladas y que se estima que el clorhidrato de cocaína Colombiano contiene un promedio de 85% de “cocaína pura” se puede calcular que en 2006 la cantidad potencial de clorhidrato de cocaína fabricada en Colombia pudo ascender a unas 702 toneladas (610 toneladas de “cocaína pura” +15%).    

 



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